Cuando comemos quedan restos de comida entre los dientes. Estos restos son alimento para las bacterias y otros microorganismos que habitan en la boca (hay billones, de unos 300 tipos diferentes), y si no los sacamos las bacterias proliferan por encima de la cantidad normal y nos pueden causar varios problemas; pero para hacer una pasta de dientes que cumpla su función no es necesario usar ninguna sustancia sintética. Que sea muy blanca o de colorines, genere mucha espuma o nos haga brillar los dientes son necesidades creadas, y satisfacerlas implica mucha actividad innecesaria, con impactos ambientales y con riesgos desconocidos.
Por todo esto decidimos hacer nuestra propia pasta de dientes, solo con sustancias naturales. Es algo muy sencillo, aunque en otra entrada publicaré una receta con ingredientes más cotidianos para que podáis hacer en casa.
Ingredientes: carbonato de calcio, hidrolato de menta piperita*, polvo de iris germánica, arcilla blanca, bicarbonato sódico, polvo de clorofila, extracto de pepitas de pomelo y aceite esencial de hierbabuena*.
* Procedente de la agricultura ecológica
El carbonato de calcio se usa como espesante. El hidrolato de menta piperita calma las irritaciones bucales. El polvo de Iris y el bicarbonato sódico se utilizan como blanqueante natural. El extracto de pepitas de pomelo se emplea como conservante natural y es un bactericida y antifúngico de amplio espectro. El polvo de clorofila le aporta ese ligero color verdoso y neutraliza los malos olores. El aceite esencial de hierbabuena es antiinflamatorio, antiséptico y cicatrizante
Os dejo este enlace para que podáis descargar el número 9 de la revista Opcions que trata el tema de la pasta de dientes, por si os interesa más información.
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